Este sábado hemos tenido otra boda. La de Sergi y Jenny.
Galletera, sí señor.
No una boda cualquiera. Aunque, ciertamente, ninguna es una boda cualquiera.
Se nos ha casado la cuñada de Marta. Madre mía, si todavía la recuerdo con vestidito de domingo. En fín, lo que decía antes, los niños crecen, nosotras envejecemos (aix!)
El padre con la lágrima floja, claro, eso de que se te vaya la niña pequeña de casa ya duele! (que ni ya niña ni ya pequeña, pero los padres son así!)
Como nos dieron carta blanca (bien!) utilizamos estos cortantes que, la verdad, este verano hemos usado un montón porque nos encantan.
Hicimos las tartas para las chicas y los coches para los chicos, y usamos un color para cada mesa. La verdad es que quedaban súper bonitas al ver todos los colores pastel juntos y el negro rompiendo.
Ay, madre, como vienen empujando desde atrás!!
Vivan los novios!
1 comentario:
Qué bonitas por favor, me encantan los cake stands, os han quedado unos colores preciosos...
Publicar un comentario