Como ya sabéis por otras veces, somos una gran familia. Somos tres hermanas y tres hermanos, y eso hace grande el racimo con nuestras cuñadas y cuñados, que también son como hermanos. Eso te toca o no te toca, y a nosotras nos ha tocado. Es cuestión de suerte. De la buena, claro.
Los días de Navidad os podéis imaginar, son multitudinarios. A eso se suma que el 30 de diciembre es el cumpleaños de nuestra sobrina Ana. Hoy cumple 4 añitos. Que rápido, por favor. Si hace cuatro días (no cuatro años!) la estábamos achuchando en el hospital!!
Ana, además, hace danza. Para verla, vamos. Así que tras deliberar con Sonia (nuestra cuñihermana) si la tarta era de Campanilla o de Peppa Pig, al final la decisión fue hacer a Ana con su traje de ballet.
Lo mejor es que cuando Ana vio la muñeca de azúcar dijo "soy yo!". Y es que Ana es así, bueno, sin las uñas pintadas! jajajaja
A punto estuvo de comerse a sí misma en versión mini, pero pedimos por favor no tener que ver semejante destrozo.
Da igual, el resto fue sin piedad de boca en boca de los niños, zapatilla, calentadores, flores... y luego la tarta a pellizcos!
Sinónimo de que estaba buena.
En este caso hicimos un bizcocho de violeta y el relleno de crema de chocolate con leche al aroma de violeta. Ni las migas, vamos. Sólo quedó la muñeca y por compasión, que si no, ni eso.
Ana, cariño, felíz en tu día y en todos los días de tu vida!!
MMM